Eran las palabras que susurraba a mi almohada cada noche, pensando en tu sonrisa tu mirada, deseando con todo mi corazón encontrarte o que me encontraras, pero que estuviéramos juntos lo más pronto posible.
Tenemos una cita no tardes en llegar amor…
Y sin planearlo llegaste y tocaste las puertas de mi corazón, a pesar del desorden que en el había supiste entrar de manera sutil y comenzar a prepáralo para nuestra cita, la cita que todos esperan, aquella con la que soñamos a cada momento.
La cita que planeé durante mucho tiempo, idealizando como sería el primer encuentro, el cruce de nuestras miradas, como palpitaría mi corazón, la manera en como llegarías y de todo aquello que creí que sucedería como lo escribí en mis pensamientos; en realidad no paso igual, rompiste el molde y fue muy distinto, fue espontáneo, porque no necesitaste forzar mi corazón a enamorarse de ti, no era tu intención conquistarlo, de hecho no era tu intención quedarte y aun sigues aquí.
Y sentí más que palpitaciones en el corazón, fue como si algo de ti se hubiera unido a mí de manera mágica, fue más de lo que esperaba porque era justo lo que necesita ver y sentir, tu TODO en ese momento que hicimos NUESTRO.
La cita deseada se convirtió en horas de pláticas de todo y de nada, sentados en una banqueta mirando cada movimiento entre miradas traviesas y discretas, la cita esperada fue la noche inesperada en el momento perfecto con la persona indicada TÚ; mi cita a tu lado fue la hora correcta en el tiempo oportuno de mi vida.
No hubo necesidad de tantas preguntas en realidad no había preguntas, sólo eras tú, regalándome algo de ti, esa fue nuestra cita perfecta.
Y después de esas horas a tu lado nada volvió hacer igual, comencé a necesitar verte, escucharte y sentirte cerca de mí, después comprendí que mi cita perfecta es donde todos tus sentidos están puestos en esa persona y no hay nada que pueda interrumpir ese momento.
Tenemos una cita amor, no tardes en llegar…
Fuiste puntual, llegaste a tiempo, supiste entrar y has sabido permanecer.
No importa cuántas citas más tuvimos después o tendremos a futuro, porque cada una tiene algo de nosotros, son distintas, son únicas e irrepetibles y sin planear el encuentro siempre te encuentro amándonos como nunca y como siempre.
Las citas perfectas tienen nombre y apellido, registrados en mi memoria y tatuados en mi corazón, las citas perfectas sin duda amor, son las que no planeo a tu lado cada día de mi vida.